Además, ya hay aseguradoras en nuestro país que tienen en cuenta el uso de cajas negras en vehículos a la hora de bonificar a los clientes que las usan, ya que los datos que recogen permiten evitar fraudes y esclarecer la culpabilidad en un accidente.
¿Una amenaza a la privacidad?
Aunque en España todavía vayamos muy retrasados en este aspecto, las cajas negras son algo normal en EE.UU. donde son tan comunes como otros sistemas de seguridad muy asentados. De hecho la NHTSA , agencia estadounidense encargada de velar de la seguridad en las carreteras, ha propuesto su obligatoriedad en todos los vehículos que se venda a partir de 2014.
En líneas generales son sistemas relativamente sencillos que únicamente registran datos antes y durante un accidente. Entre los parámetros recogidos se incluyen la velocidad del vehículo, la posición del acelerador, si se accionaron los frenos, las fuerzas que confluyeron en el choque, si los airbag saltaron a tiempo y se encontraban en buen estado o incluso si los ocupantes llevaban el cinturón.
Vistas estas explicaciones, es conveniente saber las diferenciar entre monitorización y la recogida de datos. Es decir, no es lo mismo un aparato pensado para seguir los movimientos y acciones de un coche, que un dispositivo que se utiliza para registrar los datos previos a un accidente y tratar de esclarecer las causas, en un principio esta última definición debería ser lo que hiciera la caja negra de nuestro automóvil.
Por estas razones, sería muy importante establecer normas o leyes de tratamiento de estos datos y estipular quién podría manejarlos. No es igual el uso anónimo y sin ánimo de lucro de los datos para mejorar la seguridad que el análisis de estos para el lucro de una empresa privada.
La polémica está abierta y desde CMS Seguros nos preguntamos ¿son las cajas negras una intromisión en la privacidad o tal vez de una gran ayuda para determinar la culpabilidad en un siniestro?
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